Trabajos libres de acoso

Las normas reconocen el derecho de toda persona a un mundo de trabajo libre de violencia y acoso y establecen un marco claro y común para prevenir y abordar el acoso y la discriminación basado en un enfoque interseccional.

A pesar de la multitud de normas reconocen el derecho de toda persona a un mundo de trabajo libre de violencia y acoso y que establecen un marco claro y común para prevenir y abordar el acoso y la discriminación basado en un enfoque interseccional, nos encontramos ante un continuo y persistente número de casos de acoso en el entorno laboral, más teniendo en cuenta que la mayoría de estos abusos no son denunciados.

El acoso laboral puede tomar numerosas formas (físico, psicológico o sexual) y provenir de distintos agentes (jefes, compañeros, clientes, etc.) además de poder adoptar numerosas tácticas.   La discriminación interactúa y se interrelaciona con los riesgos psicosociales, lo que repercute en la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, suponiendo esta violencia y discriminación un riesgo mayor en el caso de mujeres, riesgo que interactúa, entre otros, con factores como edad, origen, situación económica o ambiente y jerarquía más o menos masculinizada.

Nos encontramos ante un fenómeno más normalizado de lo que pudiera parecer, un fenómeno complejo que presenta numerosos factores y que persiste a pesar de toda la legislación que existe en el ordenamiento jurídico.

Esta web quiere ser una herramienta para combatir para combatir el acoso, la violencia y la discriminación se da en el ámbito laboral y que en CNT constatamos a diario. Una herramienta que no solo sea mero asesoramiento, sino una herramienta de acompañamiento y de defensa de cada caso particular, en definitiva, lucha de los derechos de los trabajadoras y trabajadores.

La discriminación interactúa y se interrelaciona con los riesgos psicosociales, lo que repercute en la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Puede basarse en una serie de diferencias reales o percibidas, como por ejemplo la raza, el color, el sexo y el género, la religión, las opiniones políticas, la ascendencia nacional o el origen social, la condición de embarazo y las responsabilidades familiares, la edad, la discapacidad, el estado serológico o la situación migratoria o étnica.

Las mujeres se enfrentan a un mayor riesgo de violencia y acoso relacionados con el trabajo que los hombres. En particular, algunos grupos de mujeres tienden a ser más vulnerables a la violencia y el acoso sexuales, en particular las jóvenes, las trabajadoras del hogar y los cuidados, las mujeres migrantes y racializadas así como las mujeres que desempeñan ocupaciones en las que predominan los hombres y, más en general, las que se encuentran en situaciones en las que un gran número de ellas son supervisadas por un número reducido de hombres.

El riesgo de violencia y acoso también puede aumentar en una cultura del lugar de trabajo en la que existe una ‘normalización’ de la violencia y el acoso (la violencia y el acoso se producen con tanta frecuencia que llegan a considerarse como un aspecto normal, o no cuestionado del trabajo cotidiano como, por ejemplo, los pasajeros que abusan verbalmente de los conductores de autobús o los clientes que acosan sexualmente a las camareras), en la
que no se cuestionan los comportamientos de discriminación e intimidación. Por último, hay situaciones laborales comunes a varias ocupaciones que tienden a aumentar el riesgo de violencia y acoso en el trabajo, especialmente en relación con terceras partes. Entre ellas figuran el trabajo en solitario, el trabajo en contacto con el público, el trabajo con personas en situación difícil, el trabajo con objetos de valor y manejo de efectivo y el trabajo en lugares aislados o remotos, al atardecer y/o de noche